La urgente gramática en la que vivo – Pilar Astray

por | Abr 9, 2023 | La urgente gramática en la que vivo | 0 Comentarios

La «fe»

Recuerdo que se premiaba la fe.
Que una vez la acentué y fui regañada.
Quise marcar su importancia.

Yo desbordaba fe.
Y los curas,
que lo sabían,
admiraban mi joya
sutilmente.

Pedían que la mostrase.
Me obsequiaban con cuadros de Cristo
si acertaba las bíblicas preguntas.

Llegaba a casa
con mis trofeos
bendiciendo con ellos los dolores.
Nunca gané ningún otro juego
que no fuera el de la fe.

De haber comprendido su importancia,
la hubiera guardado, celosa.
Para que no me la robaran.


Tres mujeres

Qué pensaría nadie y quién es nadie al leer esa onomatopeya
Guadalupe Grande.

A veces pienso en mi vecina.
Sé que es una señora mayor.
Yo escucho cuando ve Sálvame porque nuestras paredes son una mierda.
Ella me escucha llorar porque a veces la vida lo es.
Sin emargo, en el pasillo
nunca nos decimos nada.
Buenas tardes.
Hasta luego.

Al llegar a casa compartimos una intimidad sucia que no desearíamos tener.
Yo sé que ella sabe de mis luchas.
Ella sabe que yo sé de su soledad.

También me ha escuchado hacer el amor,
recitar,
buscar personajes,
leer en voz alta,
llamar a mi madre,
reírme
y volver a llorar.

En la pared del salón tengo otra vecina que llora casi más que yo.
Es una chica joven de la cual sólo sé su nombre, por confusión del cartero.
Hay noches que la ansiedad del futuro y la soledad suenan a coro.

Y parece que todas nos abrazamos.
Limpiamos juntas los trapos sucios.
Tocamos la pared como quien se comunica en morse
y nos decimos que estamos aquí.
En la otra celda.

A la mañana siguiente volvemos con el pan,
bajamos la basura
y nos saludamos, dignamente,
como si no nos conociéramos de nada.

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