El sábado 6 de mayo los romeros se echaron a la calle con ilusiones renovadas y la firme intención de compartir con el pueblo de Utrera esa devoción que custodian durante todo el año en la capilla del barrio de las Veredillas. Allí, arrancaba la mañana con la tradicional misa de romeros, en la que fue bendecida la nueva corona que luciría la Virgen momentos más tarde. Se trata de una presea diseñada y realizada por José Ismael Orfebre, en su taller de Dos Hermanas. Ha sido realizada en metal chapado en oro con incrustaciones de cristal de swarovski y financiada con las aportaciones de los devotos.
Tras la eucaristía iniciaron un recorrido que les llevó a encontrarse con los mayores en las calles de su feligresía, a dejar patente su fe en la visita obligada a la parroquia de San José; y demostrar su utreranía diciendo adiós a la Virgen de Consolación antes de su partida. Entre cantes y vivas llegaron al pinar de la Veracruz, el lugar donde se celebra la acampada desde el pasado año, tras un cambio de ubicación con el que la nueva Junta buscaba ganar participación. Con ese mismo fin, este año se ha pasado la cita del domingo al sábado. Ambas, han sido decisiones acertadas a tenor de los resultados. En torno a la carreta se vivieron grandes momentos en un ambiente festivo.
Los asistentes pudieron disfrutar de actuaciones musicales, entregas de premios y una gran paella provista por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Utrera. No faltó su presidente, Javier Aguilar, ni tampoco los representantes de otras tantas hermandades de la localidad. Estuvieron las familias de siempre, y nuevas reuniones romeras. No faltó la Hermana Mayor, Soledad Penedo ni tampoco los niños corriendo, los bailes de los jóvenes, las risas ni la convivencia. Así renace la romería de Utrera.


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