La solemnidad de María Auxiliadora ha vuelto a deparar una jornada memorable para sus devotos. Tras un intenso día de actos, llegó su esperada procesión por las calles de la ciudad. A pesar de las incesantes lluvias registradas en las jornadas previas, salió el sol el 24 de mayo para acompañar a la Virgen de Don Bosco. A las 19:30 de la tarde se abrían las puertas de la capilla de Nuestra Señora del Carmen del Colegio Salesiano para dar paso a un largo cortejo formado por los miembros de la Asociación, una representación del Consejo de Hermandades y Cofradías de Utrera, el alcalde de la ciudad y los diferentes grupos de la Casa Salesiana.

Los más pequeños desfilaron vestidos de angelitos llenando las calles de papelillos, los niños de comunión reestrenaron sus galas como es tradición, los seises siguieron defendiendo su tradición con compostura, y los restantes miembros de la Casa lucieron tiros largos porque la ocasión mandaba. Durante casi cuatro horas de recorrido, la Virgen caminó a los sones de la Asociación Musical Utrerana. En torno a ella se vivieron grandes momentos como las salves y petaladas, que se hicieron presentes a su paso por el Colegio de las Salesianas y la calle Perafán de Rivera, así como en otros puntos del recorrido.

No le faltaron vivas ni los rezos, no le faltó a la cita, su pueblo. Utrera se volcó un año más con la Virgen Salesiana, cuya devoción trasciende las paredes del propio Centro. El himno “Rendidos a tus plantas” y los fuegos artificiales pusieron el broche a esta jornada que el Ayuntamiento había establecido como festivo local.