Los utreranos tardarán en olvidar lo ocurrido el pasado domingo 22 de octubre. Rachas de más de 80 kilómetros por hora azotaron la ciudad durante la tarde, ocasionando cientos de incidencias. Caída de árboles, cortes de luz y agua, desprendimiento de placas solares, caída de muros, y otros tantos desperfectos se concentraron en apenas unas horas, poniendo en entredicho la seguridad de los ciudadanos. Tanto es así, que el Ayuntamiento de Utrera decidió activar el Plan de Emergencia en fase 1, solicitando a la población que no saliese de casa, y evitase cualquier desplazamiento a pie o en vehículo. Afortunadamente, y para sorpresa de muchos, según lo visto, no se registraron daños personales.
Las imágenes de lo que estaba ocurriendo comenzaron a correr como la pólvora en las redes sociales. Un árbol de envergadura cayó sobre un coche que se encontraba en circulación en la Avenida de Los Palacios, otro en la Vereda, varios ejemplares se desplomaron en La Corredera, cayeron en cadena en el Paseo de Consolación, y el día después resultaba imposible transitar por zonas verdes de la ciudad como la Cuesta del Merendero o la Plaza Pablo Iglesias. Utrera quedó regada de árboles caídos, en una estampa desoladora. El propio Ayuntamiento contabilizó más de medio centenar de ejemplares perdidos en una primera valoración.
Además del daño en el patrimonio medioambiental de la ciudad, se registraron otras incidencias en el mobiliario urbano y también en viviendas particulares. Algunos vieron caer las placas solares del vecino sobre su propia casa abriendo un orificio en el techo, otros vieron pasar cubiertas de metal, se desplomaron muros al completo, cayeron vallas publicitarias, balcones y otros tantos elementos. A estos problemas, se añadieron los cortes en el suministro eléctrico y el agua. Numerosos barrios registraron apagones que se prolongaron durante varias horas. También afectaron a la circulación ferroviaria entre Utrera y Sevilla, quedando algunos usuarios a oscuras en el interior del vagón, en medio de la nada.
Apenas se inició este vendaval, causado por la llamada borrasca “Bernard”, el alcalde se reunió con los servicios de emergencias para, primero garantizar la seguridad de los ciudadanos, restablecer servicios, y finalmente, reparar incidencias. Más de un centenar de personas estuvieron toda la noche trabajando. Entre los primeros trabajos, se ocuparon de abrir el paso en carreteras ocupadas por cables o árboles. Fue el caso de la Avenida de Portugal y de la carretera de Don Rodrigo, que quedó cortada a la altura de la subestación eléctrica; de la A362 carretera de Los Palacios que quedó cortada por caída de árbol de gran porte entre el kilómetro 7 y 8, y de la A375 después del cruce de Los Molares por caída de cableado de alta tensión.
De todo ello, se ocupó un dispositivo de 126 personas, entre las que figuraban todos los jefes de los servicios de seguridad y concejalías implicadas. Entre ellos, efectivos de Obras e Infraestructuras, Bomberos, Policía Local, Guardia Civil, Protección Civil, Limpieza Viaria, Parques y Jardines, electricistas y personal añadido perteneciente a cementerio y mantenimiento de edificios municipales. Emplearon 22 vehículos, maquinaria pesada, retroexcavadoras y vehículos con canasta para trabajo en altura. Un trabajo que continúa cada día en diferentes puntos de la ciudad.
Todo ello ha llevado al Ayuntamiento de Utrera a solicitar al Gobierno Central la declaración de la ciudad como “Zona catastrófica”, a fin de obtener ayudas que permitan solventar las pérdidas. Con el miedo aún en el cuerpo, los utreranos retoman su vida, a la espera de que sea solo una excepción en el largo invierno.







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