Las puertas de la Basílica de María Auxiliadora se volvieron a abrir el pasado 11 de mayo para regar las calles de Utrera de carisma salesiano con una nueva edición del Certamen de las Cruces de Mayo, que organiza, incansable, el grupo joven de la Hermandad de los Estudiantes. La cita reunió a un buen número de participantes a pesar de la competencia, cada vez más severa, de los juegos electrónicos que aíslan a los chiquillos entre las cuatro paredes de su domicilio. Nada que ver con esta tradición de “los pasitos” que se sustenta en la convivencia de un grupo de amigos, que aprenden a trabajar juntos por una meta. Así quedó patente en las calles de Utrera al paso de una suerte de propuestas de diversa compostura, pero todas, con la Cruz como protagonista única. Algunos utreranos se acercaron a disfrutar de la entrañable procesión, en la que no faltaba ninguno de los personajes, eso sí, en pequeño formato. Capataces, costaleros, aguadores, niñas de mantilla, acólitos y priostes pasearon por el centro para demostrar que la cantera cofrade dará mucho que hablar. Y es que, en algunos, ya se notan ademanes de cristianos responsables.





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