El domingo 2 de junio todos los fieles utreranos habían sido convocados por la Hermandad Sacramental de Santa María para celebrar la festividad del Corpus Christi. Así lo anunciaban las añejas campanas del templo desde primeras horas de la mañana. Pasadas las 10:30 horas, partió la procesión bajo un intenso sol que coronaba el cielo. Representantes de cada una de las hermandades de penitencia y gloria de la ciudad, con sus estandartes, formaron parte de un generoso cortejo, en el que tampoco faltaron los representantes de la autoridad civil y eclesiástica. Las engalanadas calles de la feligresía y el centro de la ciudad se llenaron de juncia y altares para recibir el cuerpo de Jesús Sacramentado. La edición de este 2024 ha estado marcada por dos novedades. La primera de ellas, la incorporación de la bella imagen de la Divina Pastora como parte del cortejo, frente a la ausencia de la Virgen del Dulce nombre, que se encuentra retirada del culto para su restauración. También llamativa, resultó la presencia de la Virgen de la Paz, que protagonizó una breve salida extraordinaria para presidir el altar efímero instalado por la Hermandad de los Aceituneros en su Casa-Hermandad. No fue el único altar que pobló el recorrido, aportando más belleza si cabe al discurrir de los tres pasos. El Niño Jesús Eucarístico portado por los más pequeños en una estampa entrañable, la Divina Pastora de las Almas con su singular belleza, y La Custodia con su solemnidad, caminaron acompañados por los sones de la Asociación musical “Álvarez Quintero”. Numerosos utreranos acudieron al encuentro para dar la bienvenida, de esta forma, al Junio Eucarístico.